Por Enrique Cruz

La educación es un derecho humano fundamental que posibilita a quienes la reciben tener la oportunidad de desarrollar su potencial. Pero, para que ello ocurra, la educación debe tener buena calidad, lo cual significa para la UNESCO que sea eficaz, eficiente, equitativa, pertinente y relevante.

La educación, con el atributo antes señalado, sirve de base para el desarrollo sostenible de los países, ya que impulsa su viabilidad económica y social en el largo plazo, característica siempre deseable.

El acceso a la educación señalada trae consigo otras bondades, como pueden ser la disminución de las desigualdades o la criminalidad, el aumento de la productividad, la posibilidad de emplearse o autoemplearse, competir con ventaja, etc.

Pero para que esto ocurra satisfactoriamente debe existir, además, una vinculación y colaboración estrecha entre las Instituciones de Educación Superior, las empresas y el gobierno, para examinar con atención las necesidades y oportunidades de desarrollo de la región o país, así como las competencias y formación profesional que se requerirán de las personas.

No es frecuente observar una vinculación tan estrecha en México, lo que impacta, entre otros factores, en que gran porcentaje de la población educada termine haciendo algo para lo cual no fue preparada y la empresa acabe capacitando a las personas en el lugar de trabajo. Es decir, no se prepara correctamente para acceder a la oferta de empleo disponible.

A lo anterior habrá que sumarle que se vive en un mundo interconectado, y debido a los rápidos cambios en el mismo, algunos de ellos coyunturales, que la interdependencia regional y global trae consigo, la planeación realizada termina sin ejecutarse cabalmente.

Aun así, la educación, a través del aprendizaje, la creatividad y la innovación, sigue siendo una de las bases en que se sustenta el desarrollo de las grandes economías.

Considero que en México se debe tomar la decisión de apostarle seriamente a la educación para superar los desafíos sociales, culturales y económicos que enfrenta hoy, y que impulse un desarrollo y crecimiento económico significativo y continuo y no depender en forma extrema de otras economías o aspectos coyunturales, como la relocalización de las empresas, las cuales necesitarán, entre otros factores, personas competentes, es decir, que tengan buena educación.

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